Este 1º de mayo, Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, FeSMC-UGT quiere poner el foco en los profesionales de las actividades vinculadas al sector servicios y denunciar la hipocresía de una parte de los empresarios, instituciones y políticos de este país que han construido un modelo social y económico que los desprecia.
La federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT quiere expresar su reconocimiento a todos los trabajadores y trabajadoras de este país pero, especialmente, a aquellos que desde el sector servicios han asumido un compromiso profesional con las necesidades de la ciudadanía en un momento crítico como el que vivimos. También nuestro recuerdo a todas las personas que, en estas dramáticas semanas, han perdido la vida como consecuencia de la pandemia provocada por el virus Covid-19.
Queremos trasladar nuestra preocupación por sectores de actividad que están siendo especialmente castigados por el impacto de esta crisis sanitaria, como son la hostelería, el turismo, el comercio y el ocio –entre otros– que fueron los primeros en parar su actividad y serán de los últimos en reactivarla, en condiciones, además, muy limitadas que dificultarán, aún más, su recuperación.
Los trabajadores de todos estos sectores, ya sea desde la trinchera laboral en la que han desempeñado su tarea profesional en condiciones excepcionales y no exentos de riesgos para su propia salud –a pesar de las medidas de autoprotección y los protocolos de seguridad en cuya aplicación UGT no ha dejado de insistir, tanto a las propias empresas como a la Administración pública–, como a aquellos que han tenido que dejar de trabajar por en sus empleos se decretó el cierre ante el riesgo de contagio que podían suponer para la población general, se han revelado, en estos días difíciles que vivimos, como un pilar esencial para el bienestar social, la creación de riqueza y el mantenimiento en la actividad de otros sectores productivos a los que presta servicio.
Despreciados por el Sistema
Muchos de estos profesionales han sido, tradicional e injustamente, despreciados por el Sistema, por un modelo social y económico cuya defunción, en este Primero de Mayo de 2020, querríamos certificar (veremos si el tiempo lo confirma). Trabajadores y trabajadoras considerados de segunda, cuyas condiciones laborales precarias y sueldos indignamente raquíticos eran vistos por una parte del empresariado, la clase política y la propia sociedad como algo asumible y normal, a pesar de que los beneficios económicos en los sectores a los que pertenecen viene siendo exponencial, a pesar de que el servicio que prestan a la ciudadanía se ha comprobado –y ha tenido que venir un cataclismo en forma de pandemia para que se den cuenta– vital para la subsistencia de las personas y mantenimiento productivo, aunque sea a ralentí, de la economía de nuestro país.
Profesionales del transporte, operadoras de contact center, reponedores, cajeras, vigilantes de seguridad, personal de limpieza, cocineros, camareros, recepcionistas, servicio doméstico, profesionales de las telecomunicaciones, la cultura, el ocio, los medios de comunicación, el comercio, la restauración social… Todos ellos son, de una u otra manera, con empleos y sueldos más y menos dignos, un instrumento necesario para la supervivencia presente y futura de una sociedad, de un país. Sin los servicios que prestan a cada ciudadano, de forma individual o colectiva, y a tantas otras empresas de otros sectores productivos, no puede construirse un modelo social y económico solvente, firme y de futuro.
FeSMC-UGT lleva muchos años luchando y reivindicando la dignificación de los profesionales del sector servicios. Parece que ahora sí se han dado cuenta de lo que aportamos, de lo que nos necesitan, de lo que significamos. Por ello, además, pedimos que en el proceso de desescalada, cuando muchos trabajadores empiecen a retomar su actividad laboral y otros a intensificarla, se cuiden hasta el extremo los protocolos de seguridad en el trabajo y se dote a los profesionales de medidas de autoprotección.
En este 1º de mayo, ahora más que nunca, nuestro aplauso y reconocimiento para todos esos trabajadores y trabajadoras. Pero, sobre todo, nuestra exigencia a Gobiernos, instituciones y empresarios para que, de una vez por todas, resitúen a estos profesionales en el lugar que merecen: y eso se hace con mayores sueldos y mejores condiciones de trabajo.