Estrategas de Monopoly

Estamos asistiendo recurrentemente, tras las publicaciones de la clasificación de oficinas, a bajadas de nivel de oficinas en una proporción de 4 o 5 oficinas por cada 1 que subía.  Lógicamente este hecho, en cualquier organización, se vería como un auténtico fracaso, y provocaría el cese inmediato de los responsables de la Red, y, con esta asiduidad, quizá del responsable de éstos. Pero claro, como el sistema de clasificación es utilizado, o mejor dicho manipulado, como ahorro de costes, el resultado es el incremento de salarios y bonus de los directivos.

        Tantos años bajando, reduciendo así el variable y por tanto la remuneración de la plantilla, que tenían que darle un giro para aparentar (como siempre). Así pues, en este 2023 cambiamos algunos parámetros y las oficinas suben de categoría. Ahora nos creemos que cobraremos más. Como lo tienen todo bien atado, y era de esperar, ponen unos presupuestos inalcanzables para que no se cumplan, y lo que subirá con la clasificación lo compensan con incumplimiento. Con esta exigencia la “culpa” no será de la empresa, con título alquilado de EFR, sino de la plantilla que no cumple.

        Vamos a echar la cuenta:

Bajadas de clasificación + racaneo del Quebranto + no subir salarios a pesar de subidas de tipos e inflación + la masiva conversión en Agencias Rurales de oficinas (menos variable, menos complementos, …) +…=Resulta que ¡ganamos un montón de pasta!          

        Se reduce todo a: ahorro de costes en la plantilla + subidas de tipos. Algunos dirán que son “aciertos estratégicos”

        Esto no es más que una incongruencia más de la empresa en la que el Jefe de Red sigue diciendo que no entiende los reporting, y es lo que ocupa más tiempo a los directivos intermedios, …o que no se pierde ningún préstamo por un seguro… pues la orden que llega es exactamente la contraria. Y como eso muchos aspectos del día a día en las oficinas. Lo que se traslada a la red es que o “pinta poco” este jefe y sus subordinados hacen lo que quieren, o que dice lo que queremos oír, y ahí termina todo. Esperemos que al igual que la plantilla saca año tras año sus cursos de formación, nuestros gobernantes tengan sus diplomas de empresarios y estrategas de Monopoly ya que dependen más de 4000 personas de sus decisiones.