LA FIESTA DE LA INSIGNIFICANCIA

No puede empezar peor este ERE. La siniestra “lotería” de los traslados traumáticos, esos que, o cambias de forma radical tu vida o te vas a la calle, ha tenido en su primera oleada un pleno de afectadas en un colectivo concreto de ocho casos, siete mujeres con cargas familiares han recibido una carta de traslado a otra provincia y lejos de su destino actual.
Sí, esta Entidad, que se vanagloria de sus políticas de conciliación, sus sellos de Entidad Familiarmente Responsable, sus jornadas de feminismo “cuqui” y tantos otros gestos de cara a la galería, dirige las medidas traumáticas sin contemplaciones a un colectivo vulnerable, a sabiendas del resultado final que ello produce.

Analizando la estadística del último ERE, las salidas traumáticas provocadas por movilidad geográfica y su distribución por sexo habla bien a las claras de que quién ha puesto nombre y destino a las cartas de traslado a estas primeras compañeras sabe lo que hace y su verdadero interés parece encaminado, lejos de buscar soluciones, a buscar despidos concretos.
Apenas han pasado unos días de estas comunicaciones, hay tiempo de rectificar y buscar mejores soluciones.
Nada nos gustaría más que habernos equivocado respecto al ERE y dar la razón a quiénes nos insistían en que la movilidad iba a ser insignificante, pero por ahora los hechos nos dan la razón de una forma cruel. Al parecer algunos ponen el rostro amable y algún indeseable dispone sin cortapisa alguna de las vidas de las personas.
Y, por cierto, si te parece que éste es un número insignificante, sólo tienes que cambiar el enfoque y pensar que la mujer afectada fueras tu misma, tu esposa o tu hija, en una época de la vida con cargas familiares.