Opositando a la Inoperancia

Una de las pandemias que azota el Área de Personas tiene forma de correos sin contestar ante asuntos planteados por esta sección sindical y que no se contestan y menos se resuelven. Lo que podría zanjarse con una simple contestación o la fijación de un plazo para su resolución o el compromiso de contestar una vez recopilada la información solicitada, requiere en cambio una pertinaz labor de reenvío de recordatorios de todo lo que está pendiente, no de solucionar, sino de al menos contestar.

Un ejemplo de lo anterior lo define nuestra solicitud de convocatoria de oposiciones y el inexplicable silencio por respuesta que dura ya varias semanas. Escribimos un día de febrero un correo recordando que ya vamos con retraso en la convocatoria de este sistema de promoción. Con una contestación a dicho correo agradeciendo nuestro interés y diciendo que en breve se ponen a ello, el tema estaría medio resuelto. No hace falta que os aclaremos que no hay aquí ninguna controversia. El contenido del Convenio en este sentido es puro y cristalino. Pero no, no hay contestación.  Hay que volver a remitir un recordatorio a dicho correo que, por supuesto, sigue sin contestarse y menos aún se soluciona la cuestión con el inicio de la convocatoria, sin darnos ni las gracias, que es otra forma de actuar a la que nos vamos malacostumbrando.

Al final, ante el silencio “administrativo” y la falta de soluciones, podríamos quejarnos amargamente lloriqueando por los pasillos, hacer un ejercicio de literatura en forma de circular pidiendo la enésima recapacitación o seguir dilatando el tema a ver si suena la flauta, alguien lo resuelve y así podemos desempolvar cualquiera de estos gestos vacíos y apuntarnos al menos un mini punto.

Pero como ya sabéis, UGT Ibercaja no se anda con paños calientes y no nos queda más remedio que interponer una denuncia ante la Inspección de Trabajo por el evidente incumplimiento del Convenio Colectivo, y lo peor de todo, la absoluta falta de interés del Área de Personas y el desprecio hacia la plantilla que ambas circunstancias suponen.

Y el malo de la película aún será para algunos la UGT.