Este año No me felicites

ESTE AÑO

Me sobra casi todo, pero este más, te pido por favor que no me envíes ninguna felicitación de Navidad, ni Año Nuevo, ni fiestas, ni nada.

Porque yo me estaba arriesgando a contagiarme, mientras tú estabas en tu casa enviándome correos presionando comercialmente.

Porque pasaste de mis correos cuando te enviaba los problemas que sufríamos las oficinas.

Porque me tuve que coger vacaciones para cuidar a mis hijos mientras otros podían teletrabajar.

Porque, aunque, pudiese teletrabajar me obligabas a ir a mi departamento mientras mi responsable se quedaba en casa.

Porque me pusiste reuniones a horas intempestivas e incluso en fines de semana y festivos para justificar tu propia ineficacia.

Porque silenciaste contagios para no cerrar oficinas o departamentos, arriesgando la salud de tus empleados.

Porque después de echar horas y horas, todavía me dices que tengo que recuperar horas por no abrir jueves por la tarde.

Porque, además de cerrarme la oficina, tengo que echar tardes haciendo cajas y comiendo polvo sin ningún apoyo y tengo que confiar en tus palabras de que es una cuestión temporal.

Porque el proyecto de “cabeceras y satélites” si no es una improvisación, viendo las carencias y falta de recursos, es que no sabéis o no queréis hacerlo con un mínimo de profesionalidad.

Porque para gestionar un tema de mis padres tengo que pedir el favor a otro compañero ya que has decidido que no gestione a mi familia, vete tú a saber por qué.

Porque estás justificando proyectos vaciando las carteras de oficinas, mientras que las oficinas siguen dando la cara ante esos clientes.

Porque me pides que dimita, amortizas mi cartera de gestión, me trasladas, en plena negociación de un ERE.

Porque no te has preocupado de mi bienestar ni de mi salud, solo si iba a tardar mucho en volver a trabajar.

Porque NO TE CREO, solo te pido que

NO ME FELICITES