Si no te mató el virus, que no te mate el trabajo

Ya sabemos que has pasado miedo e indignación, que has estado más expuesto de lo necesario, que no has podido rotar como otros compañeros, que nadie te ha facilitado la conciliación, que algún jefe parece que estaba enfrente en vez de a tu lado y que, sin apenas descanso, toca la vuelta a la triste medio normalidad.

Los sindicatos, y por tanto los derechos de nuestros representados, han sido sistemáticamente apartados de cualquier gestión en esta extraordinaria situación.

Amparados en la falta de información y control, los buenos deseos institucionales en muchos territorios quedaban lapidados por actuaciones personales de algunos responsables que desde su bunker mandaban a la infantería a la guerra sin armas que les defendieran. Criminalizar al empleado de retén ha sido la auténtica obsesión de algunos.

La memoria es frágil, y después de este desprecio, la mayoría sindical ha preferido hacerse un loco reseteo de todo lo que ha pasado y desconfinarse un ratito de su presunta indignación para bendecir y justificar, bajo un acuerdo laboral, el capricho de concentrar y aplazar las merecidas vacaciones de una plantilla, en su mayoría cansada y saturada.

Con todo este panorama, entre asesinar a alguien o arrancaros una sonrisa, nuestro asesor legal, en contra de lo que nos recomienda nuestro terapeuta, nos pide que optemos por lo segundo.

Por eso, a todos los que tan mal lo habéis pasado en estas difíciles semanas, os dedicamos nuestro “Especial Pandemia: si no te mato el virus, ¡que no te mate el trabajo!”, una mirada crítica a todo lo que nos está pasando, bajo el prisma del sarcasmo y que esperamos solo ofenda a los necios.

…Y recuerda, para que no te mate el trabajo, ya hay vacuna: afíliate a un sindicato inmune al pasteleo y al desaliento.