CUANDO EL DESPIDO LES SALE GRATIS

Ejecutar un ERE tras otro puede hacer que perdamos la perspectiva del dramatismo que tienen los despidos. Entre tantos despidos celebrados, por edad, la entidad va dando salida, esta vez gratis, a compañeros y compañeras amparándose en “faltas graves” que sacan de expedientes disciplinarios.

No, no todos esos expedientes deberían suponer un despido. Quizá algún castigo recogido en el Convenio Colectivo, pero no la pena máxima. ¿Por qué cree el Área de Personas que alguien se molestó en escribir en el texto del Convenio otras sanciones menos radicales? Pues el espíritu fue que no todo se sancionase con el despido.

Es muy indignante observar cómo decisiones negligentes adoptadas por directivos/as de Ibercaja suponen graves sanciones económicas nada desdeñables para la entidad (¿alguien diría que una sanción de 75.000 € no tiene importancia?) y esto nunca deriva en un expediente disciplinario. Ésta es una medida que se reserva a personas que llevan toda una vida trabajando a pie de oficina y, muchas veces por presiones, otras por costumbre o desconocimiento, terminan realizando alguna operación que no está permitida en la normativa.

Hablamos de acciones que no suponen el más mínimo quebranto para Ibercaja. Pero esto no importa, porque lo que persigue la Dirección es obtener un pingüe beneficio: despedir sin indemnizar…un ERE a coste 0 que ha supuesto, por el momento, al menos 6 despidos en el último año.

Esa actitud rígida e inflexible contrasta con las violaciones de la normativa que les obliga a pagar y cotizar las horas extra, a respetar tu horario, a no vulnerar tu privacidad, a perseguir la igualdad de género…Ésa no le interesa a la Dirección.

Y no hace falta echar mano al cajón, basta con que eches una firma por tu padre, aunque la operación que has realizado esté perfectamente respaldada por él, aunque testifique que es dependiente y no puede acudir a la oficina y que sólo confía en ti. ¡A la calle!.

De repente un día aparece Auditoría en tu oficina (¡que nadie toque nada!) y te informa de que lleva tiempo vigilando tu operatoria y ha detectado “irregularidades”. Aquí comienza un agónico interrogatorio in situ que pone los nervios de punta al más templado. Desgraciadamente, en ocasiones, al finalizar su investigación exigen la redacción y firma, por parte del investigado/a, de un documento que recoge prácticamente una confesión.

A partir de este momento te abren un expediente disciplinario, ya con la sanción prácticamente decidida. Puedes presentar alegaciones y pedir auxilio a tu sindicato, si estás afiliado. Aquí es cuando los afectados se dan cuenta de que no todos los sindicatos somos iguales y que la amistad no es una razón de peso para afiliarse.

¿No se le ha ocurrido a nadie la posibilidad de contactar en cuanto se detecta la primera operación dudosa? ¿No podría ser Auditoría Interna un departamento que ayudase a la plantilla a trabajar conforme a Normativa en lugar de servir cabezas en bandeja? ¿Algún responsable ávido de medallas les está pidiendo que faciliten los despidos llegando incluso a incumplir la legalidad?  

Mientras tanto, siguen manteniendo entre sus líderes a acosadores/as, pese a que la Inspección ya haya afirmado que existen indicios de acoso. ¿Se depurarán responsabilidades al más alto nivel si un juez dictamina, en sentencia firme, que existe acoso? ¿Veremos caer algún CEO, Director del Área de Personas o Responsable de Relaciones Laborales víctimas de la pertinente asunción de responsabilidad? Seguro que no. El CEO se encuentra cómodo con el liderazgo del látigo. No llega más allá la capacidad de muchos/as de nuestros/as líderes carismáticos. ¿Aportar ideas, quizá ayuda? Es más fácil estampar un látigo en la espalda de otro.

Queremos que este comunicado sirva para recordar a las personas que, en justicia, deberían seguir perteneciendo a la plantilla de Ibercaja y para evitar que más compañeros/as pierdan su empleo por esta causa.