Por UGT Ibercaja
10 de diciembre de 2019
Desde hace semanas a los compañeros de la Red de oficinas, y, en menor medida, también a los de Servicios Centrales, se les viene machacando con la “noticia” de un próximo futuro ERE. En un mundo dominado por unas redes sociales inundadas de bulos y fake news, casi todo el mundo lo da por hecho. Y eso es lo grave.
Que algunos directores de zona, o de territoriales utilicen la probabilidad de un ERE, es lo habitual (que no lo normal). Es una manera más de amedrentar y presionar a los trabajadores con amenazas de cierres de oficina, traslados, o despidos. Siempre sucede así, ante la pasividad (sino complicidad) de unos RR. HH. centrados en conseguir certificaciones ISO y similares, pero no en merecerlas. Seguimos pensando que esas prácticas intimidatorias son contraproducentes, ilegales y propias de incompetentes.
Lo que ya no parece explicable es que diversas secciones sindicales estén visitando oficinas alertando a la plantilla con la “noticia” del ERE. ¿Qué se persigue con todo ello?
Conociendo el percal sindical, sabemos que en algunos casos se trata de dar la imagen de enteradillos, el “sé de buena tinta que…”. Pretender vender una presunta excelente relación con la Dirección que les permitiría tener información privilegiada. En UGT nos parece una actitud más propia de la “vieja del visillo”. Otros “avezados sindicalistas” utilizan el ERE para asustar directamente a los compañeros con el propósito de ofrecerles cobijo en su sindicato mediante la afiliación. En fin, que todo vale, al parecer.
En UGT estamos firmemente convencidos de que este tipo de actitudes no favorecen en absoluto a los compañeros. Sí, un pequeño porcentaje de la plantilla se está frotando las manos porque, dada su edad, esperan que les “toque” a ellos. Están dando por sentado que las condiciones de salida serán análogas a otros ERE precedentes, pero en realidad eso no es seguro, ni mucho menos.
Para la mayor parte de la plantilla, la que no tiene edad para marcharse voluntariamente, es una cuestión altamente perturbadora: no saber si cerrarán mi oficina o no; si la cierran, a dónde me pueden enviar; menos trabajadores para cargas de trabajo superiores… y así un largo etcétera de incertidumbres. Bastante malas son ya las condiciones de trabajo en la Red, como para que directivos incompetentes y sindicalistas de pacotilla las empeoren añadiendo preocupación, inseguridad y miedo a los compañeros en su propio beneficio. ¡Qué irresponsabilidad! En fin, sería muy oportuno que el CEO compareciese ante los trabajadores y sus representantes para tranquilizar y dar la cara.
¿Alguien ha visto uno?