Nuevo Plan de Movilidad en Ibercaja Banco
Por UGT Ibercaja
07 de agosto de 2019
Resulta complicado analizar la implantación de este novedoso plan de incentivo a la movilidad geográfica anunciado recientemente en nuestra empresa. Sobra decir que es una decisión empresarial tomada al margen de la representación sindical y del que hemos tenido noticia de sus detalles a la vez que la plantilla. No olvidemos que, al no ser una medida negociada, su opacidad es absoluta y nos deberemos de creer cualquier cosa que se nos quiera contar.
Una primera lectura invitaría al optimismo. La empresa hace una generosa oferta económica para comprar la movilidad geográfica de una serie de empleados que voluntariamente quieran desempeñar sus labores lejos de su actual destino. Sobre el papel, un gesto impecable.
La cosa se tuerce cuando no es una oferta generalizada (aquí es donde empiezan a cernirse algunas sombras), ya que solo puede optar a estos puestos una parte de la plantilla proveniente de algunas zonas … ¿excedentarias de personal? Puede que lleguen a existir esas zonas si siguen en marcha proyectos como eliminar efectivo, gestores digitales, unificar centros de trabajo, etc. Por ahora, cuesta trabajo encontrar alguna.
Tampoco se puede obviar que esta oferta levanta algunas ampollas. Entre el colectivo de empleados temporales que llevan tiempo sacando adelante la faena en los destinos ofertados y ven peligrar su continuidad, entre aquellos que no entienden porque, después de muchos años desplazados, no pueden solicitar estos puestos si suponen acercarse a su casa desde su destino actual o incluso entre quiénes verán un nuevo compañero al lado con un flamante nivel y una ayuda económica que él nunca tuvo.
Nadie dice que gestionar todo esto sea fácil. Es verdad que hay un serio problema de movilidad, en especial en algunas provincias, donde los ERE van dejando huecos que o no se cubren o se hacen recurriendo a la temporalidad (más de 400 contratados). También hay un importante número de gente desplazada, con un excelente desempeño profesional, que opta a plazas que la acercarían a su domicilio, sin éxito y viendo cómo se cubren con gente de la misma zona o ámbito geográfico del destino ofertado, porque el hueco que dejarían sería difícil de cubrir.
No es menos cierto que los índices de absentismo crecen de forma continuada y que factores psicosociales como la carga de trabajo tenían unos índices de afectación elevados ya en 2016.
Ante estos hechos, sin embargo, no encontramos reacciones, ni rápidas, ni a medio o largo plazo. Claro, ¡como estas cifras no son de negocio!.
En fin, que tenemos un problema serio que convendría abordar de forma conjunta y no solo con muestras de buena voluntad que despiertan algún que otro agravio.